Desde la investidura de Pedro Sánchez, el PSOE ha intensificado su política de pactos con el independentismo vasco y catalán. A pesar de las críticas y la oposición de la derecha, los socialistas defienden que su estrategia ha sido respaldada por los votantes progresistas. Han apoyado un Gobierno de EH Bildu en el Ayuntamiento de Pamplona y están explorando acuerdos con grupos como ERC y Junts. Aunque hubo dudas internas en el partido tras los resultados electorales de las municipales y autonómicas, la defensa de la política de pactos por parte de José Luis Rodríguez Zapatero y la alianza del PP con la extrema derecha cambiaron el rumbo. El PSOE considera que es necesario ceder en algunas demandas independentistas para mantener una coalición progresista. Han aceptado la ley de amnistía, una demanda de Carles Puigdemont, y están normalizando la relación con Junts y EH Bildu. A pesar de las críticas, los socialistas creen que estas decisiones no les supondrán un desgaste entre su electorado. Sin embargo, queda por ver qué pasará en Euskadi, donde los socialistas tendrán que lidiar con el PNV y EH Bildu en las próximas elecciones.
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