La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) ha marcado un hito histórico al anunciar la prohibición total del uso del amianto, un material ligado a serios riesgos para la salud, incluyendo varios tipos de cáncer. Esta decisión, largamente esperada, pone fin a más de tres décadas de protecciones insuficientes y retrasos, demostrando un compromiso renovado con la seguridad y el bienestar público. El amianto, específicamente las fibras de crisolito, ha sido utilizado en una variedad de aplicaciones industriales, como en piezas de automóviles. Sin embargo, su impacto nocivo en la salud es innegable, relacionándose con más de 40.000 muertes en EE.UU.
Esta prohibición no solo es un avance significativo en la protección de la salud pública sino que también alinea a Estados Unidos con la mayoría de los países europeos y otras naciones que ya han reconocido y actuado contra los peligros del amianto. El administrador de la EPA, Michael S. Regan, ha destacado la importancia de esta medida, subrayando la evidencia científica que demuestra los graves riesgos para la salud asociados con el amianto. A pesar de su uso decreciente en los últimos años, la necesidad de una prohibición total era imperativa para evitar más exposiciones y muertes relacionadas.
Este avance es una victoria significativa para la salud pública y la seguridad ambiental, reflejando el compromiso de la administración de Biden con la ciencia y la protección de las vidas. La decisión de la EPA de prohibir el amianto destaca la importancia de actuar basándose en evidencia sólida y el principio de precaución, protegiendo así a futuras generaciones de los efectos nocivos de este cancerígeno probado.
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