La creciente demanda energética que supone la Inteligencia Artificial ha llevado a grandes tecnológicas como Microsoft a reabrir la central de Three Mile Island. Este movimiento se suma a los debates en Europa y Japón, donde se discute la reactivación de centrales nucleares tras el accidente de Fukushima. La energía nuclear, a pesar de su controversia, se presenta como una opción rápida para reducir emisiones y generar grandes cantidades de energía.
Recientemente, se celebró un evento en Nueva York donde catorce bancos y entidades financieras, como Bank of America y Goldman Sachs, se comprometieron a aumentar el apoyo hacia la energía nuclear. Este compromiso surge de las negociaciones climáticas de la COP28, donde se declaró la necesidad de triplicar la capacidad mundial de energía nuclear para 2050.
A pesar de los altos costos y los riesgos asociados a los residuos nucleares, el interés de empresas tecnológicas en financiar proyectos nucleares ha crecido. La energía nuclear es vista como esencial para alcanzar la neutralidad de carbono, aunque muchos movimientos ecologistas continúan rechazándola debido a sus peligros.
En otras regiones, como Asia y Medio Oriente, se están construyendo nuevas plantas nucleares. China, por ejemplo, ha adoptado esta fuente de energía como motor económico. Sin embargo, la gestión de residuos radioactivos y los temores por accidentes nucleares siguen siendo preocupaciones importantes.
El compromiso de la COP28 fue firmado por 25 países, incluyendo Estados Unidos y Francia, aunque España no figura en el acuerdo. El sector tecnológico, con empresas como Oracle, está cada vez más interesado en la energía nuclear para alimentar sus centros de datos, reflejando un cambio significativo hacia esta fuente energética.
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