La empresa escocesa UNDA está utilizando rocas volcánicas para capturar carbono de la atmósfera y enterrarlo bajo tierra. Trituran el basalto hasta convertirlo en un polvo fino que se esparce en terrenos agrícolas, capturando así más carbono. Este proceso acelera un proceso natural y tiene el potencial de eliminar miles de toneladas de CO2. Además, los campos tratados con basalto experimentan un aumento en la producción agrícola. UNDA está operando en varios países, pero aún no ha aprovechado todo el potencial del basalto, que es la roca más abundante del planeta.