En Venecia, la afluencia masiva de turistas ha llevado a situaciones inesperadas. Un ejemplo es la reciente demanda presentada por Arrigo Cipriani, propietario de Harry’s Bar, un local emblemático de la ciudad. Este famoso bar, conocido por su historia y clientela célebre, ha visto cómo el turismo ha afectado la experiencia de sus clientes. Las olas generadas por las embarcaciones que pasan a gran velocidad han empapado los zapatos de los visitantes, lo que ha llevado a Cipriani a tomar medidas legales.
La situación en Venecia es crítica. El tráfico de lanchas y taxis acuáticos no solo afecta a los clientes de Harry’s Bar, sino que también erosiona los cimientos de los edificios históricos. Las autoridades han intentado implementar regulaciones, como límites de velocidad y la instalación de radares, pero los resultados han sido escasos. Activistas locales han comenzado a recopilar datos sobre las infracciones de navegación, buscando soluciones a un problema que se agrava con el tiempo.
La demanda de Cipriani es un reflejo del descontento generalizado entre los residentes. La falta de acción efectiva por parte de las autoridades ha llevado a un aumento en los accidentes, algunos de ellos mortales. Los gondoleros también han alzado la voz, argumentando que la imprudencia de las embarcaciones rápidas pone en riesgo la vida de todos. La situación en Venecia es un claro ejemplo de cómo el turismo masivo puede tener consecuencias inesperadas y perjudiciales para la comunidad local.
Imagen: Tony Hammond, ATHENA