La alimentación española ha cambiado radicalmente en las últimas décadas, con los ultraprocesados ocupando más del 50% de las calorías consumidas. Un estudio revela que en 2010, la comida ultraprocesada representaba el 31,7% de la dieta de los españoles, triplicando su peso desde 1990. Esto ha llevado a un aumento en el consumo de azúcares añadidos y a índices de obesidad similares a los de Estados Unidos. Investigaciones muestran una conexión directa entre el consumo de ultraprocesados y un mayor riesgo de muerte prematura por enfermedades como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Aunque la gastronomía y la cultura española aún conservan buenos hábitos alimentarios, se está perdiendo gradualmente esta tradición. La degradación de la alimentación en España es un problema social y cultural que requiere atención y soluciones adecuadas.
Imagen: Milly Vueti