Cuando pensamos en los símbolos del Atlético de Madrid, lo primero que nos viene a la cabeza es el escudo con el oso y el madroño. Sin embargo, hay otras figuras que representan el alma colchonera: los claveles rojos y blancos y las margaritas. Esta historia, protagonizada por una mujer llamada Margarita, ha emocionado a los aficionados del Atleti y a muchos más.
Todo comenzó en 1996, cuando Margarita, una fiel seguidora del Atlético, decidió celebrar los goles de su equipo de una manera especial. Tomó prestados cuatro claveles de un jarrón de la peña atlética, convencida de que el Atlético marcaría cuatro goles. Y así fue, metió cuatro goles, y nació una tradición.
Desde entonces, Margarita acudía a cada partido en casa con un ramo de 12 claveles rojos y blancos, siempre con unas margaritas en el centro, en honor a su nombre. Ni siquiera la pandemia pudo detener este gesto, ya que el capitán Koke se encargó de colocar las flores en los partidos a puerta cerrada.
Este conmovedor ritual se volvió tan importante que en el último partido en el Vicente Calderón, la figura de Margarita fue aplaudida por todos. Se desplegó una pancarta con el mensaje: «La flor de Margarita», homenajeando a una aficionada que representa la pasión incondicional por el equipo rojiblanco.
La historia de Margarita ha trascendido el fútbol. Como señala la influencer Ariane Hoyos, estas son las historias que hacen especial este deporte, más allá de los insultos y gritos. Para Margarita, el Atleti es mucho más que un equipo, y sus claveles y margaritas seguirán siendo un símbolo de amor incondicional.
Imagen: EFE
