La generación Z, compuesta por los jóvenes que están ingresando al mercado laboral, tiene su propio idioma y estilo de comunicación. Sin embargo, esto no es bien recibido por muchas empresas, que consideran que esta forma de comunicarse es poco profesional. La BBC ha hablado con varios jóvenes trabajadores que han enfrentado este problema.
Un ejemplo es el caso de Anna, quien consiguió un trabajo en una empresa en Londres después de graduarse como la mejor de su clase. Aunque ella se comunicaba de manera informal, tenía buenas relaciones con los clientes y prefería seguir con su estilo. Sin embargo, a los cuatro meses de haber iniciado el trabajo, fue despedida por «falta de profesionalidad» debido a su vocabulario.
Las empresas deben adaptarse a las nuevas dinámicas y características de la generación Z si quieren atraer y retener talento. Descubrir cómo se comportan los jóvenes, tanto en su forma de hablar como en sus modales, es parte del proceso. Esta generación valora la individualidad y las viejas costumbres de una cultura laboral homogénea no les sientan bien.
Para la generación Z, llevar sus actitudes y experiencias al trabajo va en contra de las convenciones que han regido los lugares de trabajo durante décadas. Se espera que los empleados se comporten y hablen de acuerdo con la cultura de la organización, lo cual puede resultar confuso para esta generación.
En el Reino Unido, una encuesta realizada por Barclays mostró que casi tres cuartas partes de los encuestados consideran que la generación Z está cambiando la formalidad del lenguaje en el lugar de trabajo. Este estilo informal de comunicación podría ser un indicador de los cambios profesionales que se avecinan.
En resumen, la generación Z tiene su propio idioma y estilo de comunicación, lo cual puede chocar con las expectativas de las empresas en cuanto a profesionalidad. Las empresas deben adaptarse a las nuevas dinámicas y entender las características de esta generación si quieren atraer y retener talento. La forma en que la generación Z se comunica puede ser un indicador de los cambios profesionales que se avecinan.
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