El litio se ha convertido en una de las materias primas más codiciadas del mundo, con una producción que ha aumentado cuatro veces desde 2010. Este mineral es esencial para la fabricación de baterías, especialmente en el auge de los coches eléctricos. En 2021, el precio del litio se disparó más de un 400%, y en 2022, alcanzó un asombroso 900%. Este aumento ha llevado a la búsqueda de alternativas para la producción de baterías, como los iones de sodio y las baterías de azufre.
La extracción de litio se realiza comúnmente a partir de minerales de roca dura o salmuera. Este último método, utilizado en el ‘Triángulo del Litio’, implica la extracción de salmuera de aguas subterráneas y su concentración en grandes piscinas. Sin embargo, este proceso es lento y consume mucha agua, generando también emisiones contaminantes.
Recientemente, un equipo de ingenieros de la Universidad de Nanjing ha desarrollado un nuevo método de extracción de litio utilizando energía solar. Este sistema, denominado extracción y almacenamiento de litio alimentado por transpiración solar, utiliza una membrana de óxido de aluminio que, al ser iluminada por el sol, genera presión para separar el litio de otros elementos en la salmuera. Este enfoque no solo es más económico, sino que también es más sostenible.
China, que ya domina la producción de tierras raras, está enfocándose en el litio, lo que podría darle un control aún mayor sobre la cadena de suministro global. Mientras tanto, otras instituciones, como la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá en Yeda, están explorando métodos alternativos para la extracción de litio. La competencia por el litio está en aumento, y la innovación en métodos de extracción será clave para el futuro de la industria de las baterías.
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