La Edad Media y el Renacimiento han dejado una huella imborrable en la cultura española, especialmente en sus tradiciones gastronómicas. En muchas localidades, se celebran fiestas populares que recrean costumbres de siglos pasados, donde la comida y la bebida son protagonistas. Un ejemplo reciente es la fiesta de Albaladejo, que transportó a sus visitantes al año 1570.
Durante estas festividades, se destacó la aloja, conocida como la ‘Coca-Cola del Siglo de Oro’. Esta bebida dulce y fermentada era muy popular entre los soldados de los Tercios españoles. Cada productor local tenía su propia receta, lo que la hacía única y especial. La aloja se elaboraba con agua, levadura, miel, limón y especias, y se servía muy fría.
Además de la aloja, otras bebidas como el hipocrás y la clarea también eran consumidas en la época. El hipocrás, un vino dulce con miel y especias, se tomaba caliente, mientras que la clarea, similar al hipocrás, se elaboraba con vino claro y miel. Estas bebidas no solo eran refrescantes, sino que también aportaban calorías necesarias para la población y los soldados.
La aloja, en particular, tenía un proceso de elaboración que requería atención y dedicación. Para ser un alojero oficial, era necesario inscribirse en un gremio y obtener la aprobación de los expertos. Esta bebida, aunque no era alcohólica en su origen, podía llegar a contener vino, similar a la mezcla moderna de kalimotxo.
Hoy en día, la aloja sigue siendo un símbolo de la rica tradición gastronómica española, y su historia nos recuerda la importancia de las bebidas en la vida cotidiana de nuestros antepasados. La fascinación por la gastronomía histórica continúa, y cada receta nos conecta con el pasado de una manera única.
Imagen: Patafisik, Rosser1954