Según estudios recientes, se ha descubierto que el 90% de las muestras de proteínas animales y vegetales contienen microplásticos. Estos diminutos fragmentos de polímero, que pueden ser incluso nanoplásticos, están presentes en alimentos como frutas, verduras, carnes, mariscos, sal, azúcar, bolsitas de té, arroz y agua embotellada. La exposición a los microplásticos puede tener consecuencias para la salud humana, como aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y alterar el sistema endocrino. Además, se ha encontrado una gran cantidad de plásticos en el medio ambiente, con más de 16,000 sustancias químicas plásticas, muchas de las cuales son consideradas peligrosas. Para reducir la exposición a los microplásticos, se recomienda evitar alimentos y bebidas envasados en plástico, optar por recipientes de vidrio o acero inoxidable, y consumir alimentos frescos en lugar de procesados y ultraprocesados.
Imagen: CNN