Un empleado de una planta de revestimiento de metales en Fukuyama, Japón, descubre huellas de gato de color amarillento en la fábrica. Resulta que el gato se había bañado en cromo hexavalente, una sustancia tóxica. La empresa alerta a las autoridades y a los residentes cercanos. Aunque se desconoce cómo el gato escapó ileso de un depósito de tres metros de profundidad, se advierte a la población que evite el contacto con cualquier gato sospechoso. La exposición al cromo hexavalente puede causar problemas respiratorios e inflamación, e incluso aumentar el riesgo de cáncer. La empresa se compromete a tomar medidas para evitar la entrada de animales en sus instalaciones.
Imagen: Paul Hanaoka (Unsplash)