Japón se ha convertido en el quinto país en conquistar la Luna tras EE.UU, la Unión Soviética, China e India después de que el módulo Moon Sniper (Francotirador lunar) lograra posarse suavemente sobre el polo sur. El éxito supone una demostración de la tecnología nipona y revierte la mala racha del país con dos misiones lunares fallidas, aunque la agencia espacial nipona, Jaxa, aún está a la espera de confirmar la comunicación con la sonda. El logro llega pocas horas después de que la nave estadounidense Peregrine, de la compañía Astrobotic, se desintegrara de forma controlada sobre el Pacífico al fracasar en su viaje hacia la Luna. Eso sí, llevará aún un mes saber si la misión ha alcanzado los objetivos de precisión sin precedentes que pretendía. La misión Smart Lander for Investigating Moon (SLIM) fue lanzada el pasado mes de septiembre desde la isla de Tanegashima y entró en la órbita lunar el pasado diciembre. Desde entonces ha estado tomando imágenes de la superficie y descendiendo lentamente para prepararse para el aterrizaje. Como hizo India por primera vez el pasado agosto con su programa espacial de bajo coste, la misión japonesa también tiene como objetivo el polo sur de la Luna, muy poco explorado pero de gran interés por la probable presencia de agua congelada, un recurso valioso para la futura construcción de colonias humanas. Además, la agencia espera poder acceder al manto lunar, la capa interior bajo su corteza, y obtener nueva información sobre el origen de la Tierra y su satélite. El módulo liberará un par de innovadores rovers que se desplazarán por la superficie lunar. El Vehículo de Excursión Lunar 1 (LEV-1) está diseñado para saltar en lugar de arrastrarse sobre ruedas como los vehículos exploradores tradicionales. Por su parte, LEV-2 es una esfera metálica un poco más grande que una pelota de tenis, diseñada por la empresa de juguetes Takara Tomy para rodar por el suelo y tomar fotografías. El mismo Japón cuenta con dos misiones fallidas en su historial, una pública y otra privada. En 2022, el país insular envió sin éxito la sonda lunar Omotenashi. En abril, la empresa emergente ispace intentó convertirse en la primera firma privada en llegar a la Luna, pero perdió la comunicación con su nave después de un «aterrizaje duro».
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