El debate sobre el servicio militar obligatorio vuelve a surgir en Italia, generando opiniones encontradas en el Gobierno de Giorgia Meloni. En un contexto geopolítico marcado por las tensiones en Ucrania y Oriente Medio, Italia está evaluando diferentes opciones en materia de defensa.
El vicepresidente del Gobierno y ministro de Transportes, Matteo Salvini, ha propuesto la reintroducción del servicio militar obligatorio, que fue abolido en 2005. Según Salvini, su partido, la Liga, tiene un proyecto de ley listo para implementar un reclutamiento universal de seis meses para hombres y mujeres a nivel regional. Argumenta que esto sería beneficioso para los jóvenes y las comunidades locales, brindando estabilidad y valores en una época caracterizada por la incertidumbre.
Salvini también ha destacado que el servicio militar obligatorio sería una forma de educación cívica, permitiendo a las personas dedicarse a tareas de rescate, protección civil, primeros auxilios y protección forestal cerca de sus hogares. En el pasado, los reclutas eran enviados a lugares lejanos, lo que implicaba abandonar sus estudios y trabajos. Con esta propuesta, se busca que el servicio militar se realice en las proximidades de cada individuo.
A pesar de solicitar el apoyo de otros partidos, la iniciativa de Salvini no ha sido bien recibida ni por la oposición ni por los demás partidos que conforman la mayoría gubernamental. Esto se debe a la marcada orientación pacifista de Italia, que se encuentra establecida en la Constitución. Según el artículo 11 de la Constitución italiana, el país rechaza la guerra como medio para atentar contra la libertad de otros pueblos y resolver disputas internacionales. Sin embargo, esta disposición no excluye el llamamiento a las armas en caso de una guerra defensiva.
En resumen, el debate sobre el servicio militar obligatorio ha resurgido en Italia, generando opiniones encontradas en el Gobierno. Matteo Salvini propone su reintroducción como una forma de educación cívica y estabilidad para los jóvenes y las comunidades locales. Sin embargo, esta propuesta no ha sido bien recibida debido a la orientación pacifista del país, establecida en la Constitución. Aunque Italia rechaza la guerra ofensiva, no excluye el llamamiento a las armas en caso de una guerra defensiva.
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