Las costas italianas, conocidas por su belleza y biodiversidad, enfrentan una nueva amenaza debido a las olas de calor de los últimos años. Los gusanos de fuego, Hermodice carunculata, han invadido regiones como Sicilia, Calabria y Apulia, poniendo en alerta a pescadores y bañistas. Estos gusanos, originarios del Atlántico tropical y los mares Mediterráneo y Rojo, se han multiplicado en el Mediterráneo debido al aumento de las temperaturas.
Los gusanos de fuego son voraces y carnívoros, sin enemigos naturales, y pueden regenerarse si se parten en dos. Se encuentran en ambientes rocosos y portuarios, alcanzando profundidades de hasta 40 metros. Su presencia amenaza la biodiversidad marina y afecta negativamente a la pesca, ya que devoran los peces atrapados en las redes.
Los biólogos del Instituto Nacional de Oceanografía y Geofísica Experimental en Sicilia están estudiando esta especie para comprender las causas de su invasión. Las toxinas urticantes de los gusanos causan edema, picazón y fiebre, y los pescadores a menudo sufren lesiones que requieren tratamiento con cortisona. Los expertos aconsejan no intentar matarlos con cuchillos, ya que pueden regenerarse.
La invasión de los gusanos de fuego también representa un riesgo para los turistas, lo que podría afectar negativamente al sector turístico. Los biólogos han lanzado una campaña informativa para advertir sobre los posibles daños y están investigando las toxinas para encontrar posibles remedios. La situación es grave y requiere concienciación y acción por parte de las autoridades y la opinión pública.
Imagen: Alfredo Ubierna León