Las lluvias torrenciales en el sur de Alemania han causado graves estragos, bloqueando la mitad del país y cobrando la vida de cuatro personas. Además, 20.000 personas han sido desplazadas, y se han producido cortes en comunicaciones, carreteras y rutas. La industria también se ha visto afectada, incluyendo la planta de Audi en Ingolstadt, que ha tenido que detener dos turnos de producción, afectando a modelos importantes como el Audi A3 y el Audi Q2.
El Gobierno alemán ha señalado el cambio climático como la causa principal de estos fenómenos meteorológicos extremos. El canciller Olaf Scholz, tras visitar las zonas afectadas, ha subrayado la necesidad de detener el cambio climático provocado por el hombre. Esta es la cuarta vez este año que Scholz visita una zona afectada por eventos climáticos extremos.
El ministro de Economía y Clima, Robert Habeck, también ha señalado el cambio climático como culpable de estos episodios. Los asesores climáticos gubernamentales han advertido que no se cumplirán los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero para 2030 con las medidas actuales. Podrían imponerse medidas más severas para cumplir con estos objetivos.
La planta de Audi en Ingolstadt ha detenido la producción en dos turnos debido a que los trabajadores no pueden llegar a la fábrica. La producción del Audi Q6 E-tron también se ha interrumpido por un paro técnico. Las rutas de transporte, como la del río Rin, están cerradas debido al alto nivel del agua, afectando el suministro de combustible y productos básicos.
Los asesores climáticos están solicitando nuevas medidas para que Alemania reduzca sus gases de efecto invernadero un 65 % para 2030. Aunque el Ejecutivo alemán confía en las medidas adoptadas hasta ahora, las conclusiones del informe de fin de año serán determinantes para imponer medidas más exigentes.
Imagen: Motorpasión