Hace aproximadamente 12.000 años, la Tierra se recuperaba de su último periodo glaciar, conocido como la Edad de Hielo. Este fue el más reciente de una serie de periodos fríos intercalados con eras templadas que comenzaron hace entre dos y tres millones de años. Aunque no se conoce con certeza la causa de estos periodos fríos, un equipo de astrónomos ha propuesto una nueva hipótesis: nubes interestelares.
Según esta teoría, nuestro sistema solar podría haberse cruzado con una densa nube interestelar, similar a las nubes que en nuestra atmósfera ocultan el Sol y enfrían la superficie del planeta. Esta nube habría tenido un impacto significativo en la heliosfera, la región del universo donde los vientos solares y el magnetismo del Sol ejercen su influencia. La nube podría haber comprimido la heliosfera a un radio menor que la distancia entre la Tierra y el Sol, permitiendo que la nube se interpusiera entre nuestra estrella y la Tierra.
Merav Opher, líder del estudio, señala que esta investigación es la primera en mostrar cuantitativamente que un encuentro entre el Sol y algo fuera del sistema solar podría haber afectado al clima de la Tierra. El equipo utilizó simulaciones para retroceder varios millones de años y comprender la posición del Sol y otros elementos clave de nuestro entorno galáctico. Los modelos sugieren que nuestro sistema solar podría haberse cruzado con una región específica del Lazo Local de Nubes Frías, denominada Lince Local de las Nubes Frías.
El equipo también encontró pruebas de este posible encuentro en altas concentraciones de isótopos de hierro y plutonio en los océanos, la Luna y los estratos de nieve y hielo antárticos. Estos isótopos podrían haber llegado a la Tierra en mayor medida durante las eras glaciales debido a una heliosfera comprimida por las nubes interestelares. La investigación fue publicada en la revista Nature Astronomy.
Imagen: Opher, et al., Nature Astronomy
