La venta de un inmueble en España conlleva un coste fiscal del 10% del importe total. Los compradores deben pagar el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) y el impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados (ITP-AJD). Los propietarios deben liquidar el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), la plusvalía municipal y el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). La Agencia Tributaria aplica diferentes porcentajes de IRPF según las ganancias obtenidas. El IBI debe ser pagado por el propietario en enero de cada año, pero puede ser prorrateado en la compraventa. Los propietarios pueden deducir los gastos de agencia inmobiliaria, cancelación de hipoteca y el importe de la plusvalía municipal.
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