La Ley de Mercados Digitales (DMA) representa un punto de inflexión en la regulación de la tecnología, afectando directamente a gigantes como Google y Apple. Ambas compañías han realizado ajustes significativos para cumplir con esta ley: Google ha modificado la Google Play Store para permitir a los desarrolladores enlazar a sitios externos y usar pasarelas de pago de terceros, introduciendo comisiones por estos servicios. De manera similar, Apple ha adaptado sus políticas, implementando una «Core Technology Fee» por descargas de apps desde tiendas alternativas.
Los desarrolladores se enfrentan a nuevas comisiones por parte de Google, divididas en una tasa de adquisición inicial y una tasa por servicios continuados, con la opción de evitar esta última si obtienen el consentimiento del usuario. Estas tasas se justifican como una forma de reflejar el valor que las plataformas aportan en términos de adquisición de usuarios y servicios como la seguridad y controles parentales.
Este cambio es considerado el más significativo en la historia de la App Store y abre un nuevo panorama para los desarrolladores, quienes deben ahora equilibrar los costos de estas comisiones con el potencial de ingresos a través de ofertas externas. La DMA introduce una nueva dinámica en el mercado digital, obligando a Google y Apple a adaptarse a los mandatos regulatorios mientras buscan mantener sus inversiones en sus ecosistemas.
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