La situación en Gaza se ha vuelto crítica tras la declaración de una epidemia de poliomielitis por parte del ministerio de Salud gazatí. Este anuncio se produce en el contexto de la devastadora ofensiva militar israelí, que ha dejado a la población en condiciones extremas. Después de casi diez meses de bombardeos, las infraestructuras de salud han sido destruidas, y los pocos sobrevivientes enfrentan una nueva emergencia sanitaria.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó recientemente la presencia del virus en las aguas residuales del enclave. Esto representa una grave amenaza no solo para los residentes de Gaza, sino también para los países vecinos. El ministerio de Salud ha solicitado una intervención inmediata para abordar la crisis de salud pública y la falta de agua potable.
La poliomielitis es un virus altamente infeccioso que puede causar parálisis permanente, especialmente en niños menores de cinco años. Aunque no existe cura, la vacunación es clave para prevenir la enfermedad. La OMS ha enviado un millón de vacunas a Gaza, pero advierte que se necesita un alto el fuego para llevar a cabo la vacunación de manera efectiva.
Mientras tanto, las tropas israelíes también están siendo vacunadas tras el hallazgo del virus en la región. Sin embargo, la situación en Gaza es alarmante, con un acceso limitado a agua potable y condiciones de higiene deficientes. La crisis humanitaria se agrava, y la epidemia de polio solo añade más sufrimiento a una población ya devastada por la violencia.