Los ministros de Economía y Finanzas del G-7, junto con los banqueros centrales, se reunieron en Stresa, Italia, para abordar dos temas cruciales: las políticas comerciales desleales de China y el uso de activos rusos congelados para ayudar a Ucrania. La reunión, celebrada a orillas del lago Maggiore, busca una respuesta unitaria a los desafíos planteados por el exceso de capacidad de producción de China, que inunda los mercados globales con productos de bajo costo gracias a los subsidios estatales.
El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, subrayó la necesidad de una respuesta común, ya que las producciones subvencionadas por el Estado chino afectan sectores cruciales para las economías del G-7. Sin embargo, las posiciones entre los países del G-7 siguen siendo distantes. El ministro de Economía italiano, Giancarlo Giorgetti, advirtió sobre el riesgo de que cada país actúe por su cuenta, lo que podría llevar a una competencia interna perjudicial.
Otro tema clave es la propuesta de Estados Unidos de utilizar los beneficios adicionales de los activos rusos incautados para proporcionar ayuda financiera a Ucrania. Aunque la mayoría de estos activos se encuentran en Europa, los países están divididos debido a las implicaciones legales según el derecho internacional. Gentiloni explicó que la UE ha utilizado beneficios adicionales de estos activos en 2024, pero la cuestión de su uso futuro sigue en debate.
Además, se discutió el impuesto mínimo global, aunque las posibilidades de alcanzar un acuerdo significativo son limitadas. El ministro francés, Bruno Le Maire, se comprometió a seguir luchando por una tributación mínima para las personas más ricas del mundo, considerándolo una cuestión de justicia.
La reunión contó con la participación del ministro de Economía español, Carlos Cuerpo, quien destacó la importancia de la invitación de Italia y la capacidad de España para promover acuerdos y lograr avances en el ámbito internacional.
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