La lista Robinson es un recurso que permite a los usuarios rechazar llamadas comerciales. Sin embargo, muchos se preguntan si realmente funciona. A pesar de estar registrados, muchos siguen recibiendo llamadas publicitarias, lo que ha generado escepticismo.
La legislación española, a través del artículo 48 de la LGT y el artículo 21 del RGPD, establece que los usuarios tienen derecho a no recibir llamadas automáticas. A pesar de esto, las empresas continúan contactando a los consumidores que están en la lista Robinson.
Un caso reciente involucró a una consumidora que, tras recibir llamadas comerciales a pesar de estar en la lista, decidió presentar una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD). La afectada recibió una llamada en la que no se escuchaba nada, conocida como robollamada, y otra que duró un minuto, considerada como llamada comercial.
La llamada provenía de TECNOCUBE MARKETING S.L, que estaba realizando una campaña publicitaria para Vodafone. A pesar de que Vodafone negó que los números pertenecieran a sus colaboradores, la AEPD determinó que uno de los números sí pertenecía a TECNOCUBE, lo que llevó a una sanción de 10.000 euros a esta empresa.
Este caso pone de manifiesto que, aunque la lista Robinson tiene excepciones, las empresas pueden enfrentar consecuencias económicas si se ignoran las reclamaciones. Aunque 10.000 euros puede parecer poco para grandes corporaciones, si más consumidores reclamaran, el impacto podría ser significativo.
Imagen: Genbeta