En marzo de 2022, Ford anunció una transformación radical: dividir la empresa en dos para enfocarse en el coche eléctrico. Jim Farley, CEO de Ford, describió este cambio como «la mayor transformación en la vida de la compañía». La empresa destinaría 50.000 millones de dólares hasta 2026 para desarrollar su nueva división, Ford Model e, dedicada exclusivamente a vehículos eléctricos y software. Por otro lado, Ford Blue se encargaría de mantener la estabilidad financiera mientras se equilibraban las cuentas.
Sin embargo, a medida que avanzaba el tiempo, las expectativas comenzaron a desvanecerse. A pesar de la firme defensa de Farley sobre la transición hacia el coche eléctrico, las ventas en Estados Unidos, su principal mercado, mostraron una tendencia a la baja. En el segundo trimestre, Ford solo logró vender 26.000 unidades eléctricas, una cifra alarmantemente baja en comparación con las 741.000 de vehículos de combustión. Este descenso del 26% respecto al año anterior ha impactado negativamente en el balance de Ford Model e, que ha reportado pérdidas de 1.100 millones de dólares en el mismo periodo.
Las proyecciones para el año son igualmente preocupantes, con una pérdida estimada de 5.000 millones de dólares en esta división. En los primeros seis meses del año, Ford ha vendido un 22% menos de vehículos, generando ingresos de 1.300 millones de dólares, la mitad de lo obtenido en el mismo periodo de 2023. A pesar de los esfuerzos por reducir costos en sus modelos eléctricos, la estrategia de bajar precios para estimular las ventas ha resultado en un efecto contrario, aumentando las pérdidas.
El CEO Farley ha instado al mercado a «volver a enamorarse» de los coches eléctricos, mientras planea lanzar un modelo asequible de 30.000 dólares en dos años y medio. Sin embargo, el coche eléctrico enfrenta un obstáculo significativo: la falta de infraestructura de carga en Estados Unidos, donde las distancias son largas. Tesla, con su red de recarga, sigue liderando el mercado, lo que complica aún más la competencia para Ford. Además, la creciente carga política en torno a los vehículos eléctricos añade más presión a la situación.
Imagen: Ford