La jubilación cambia por completo la vida de las personas. Se deja de estar activo y la retribución mensual pasa a ser la pensión. Un cambio de condiciones que se refleja también a nivel fiscal con ciertas exenciones y descuentos. Desde abril de 2023, los jubilados pueden presentar el borrador de la declaración de la Renta para saldar las cuentas sobre el IRPF. Las pensiones de jubilación de la Seguridad Social son reconocidas como rendimientos del trabajo, con retención del IRPF. Sin embargo, los jubilados pueden estar exentos de pagar este impuesto si su pensión no supera ciertos límites. Además, existen deducciones y reducciones para reducir la factura fiscal de los jubilados. La venta de la vivienda, la renta vitalicia y las aportaciones a planes de pensiones son algunas de las opciones. También pueden recibir bonificaciones fiscales en el alquiler y las donaciones. En algunas CCAA, los jubilados pueden estar exentos de pagar el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Además, el IVA puede no aplicarse a los jubilados en bienes y servicios relacionados con la sanidad, la cultura, la educación o la vivienda.
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