Los planetas errantes y las estrellas huérfanas son solo algunos de los misterios que el telescopio espacial Euclid está desvelando. Este innovador instrumento de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha comenzado a mostrar sus primeras imágenes científicas, revelando detalles sin precedentes del cosmos. Euclid no es el telescopio que puede ver más lejos, pero su capacidad para capturar grandes áreas del cielo con una calidad excepcional lo hace único.
En su primer día de observaciones, Euclid detectó más de 11 millones de objetos en luz visible y 5 millones en luz infrarroja. En solo tres meses, ha rastreado 600 grados cuadrados del cielo, un área quince veces mayor que la cubierta por el Hubble en toda su existencia. La misión de Euclid es ambiciosa: mapear 15,000 grados cuadrados del cielo, aproximadamente un tercio del cielo visible.
Euclid utiliza lentes gravitacionales para estudiar la materia oscura y la energía oscura, componentes fundamentales del universo. Estas lentes, basadas en la Teoría de la Relatividad General de Einstein, permiten observar cómo la luz de objetos distantes se distorsiona al pasar cerca de objetos masivos. Este fenómeno ayuda a los científicos a entender la distribución de la materia oscura en el cosmos.
Las imágenes de Euclid han revelado cúmulos de galaxias, viveros estelares y galaxias enanas con un detalle sin precedentes. Por ejemplo, en la imagen del cúmulo de galaxias Abell 2390, se pueden observar más de 50,000 galaxias y una colección de lentes gravitacionales. En Messier 78, un vivero de estrellas, Euclid ha descubierto más de 300,000 nuevos objetos, incluyendo estrellas y planetas recién formados.
La versatilidad de Euclid permite capturar una amplia gama de objetos, desde los más tenues hasta los más brillantes, y desde los más distantes hasta los más cercanos. Esta capacidad ha resultado en numerosos nuevos descubrimientos científicos que alterarán significativamente nuestra comprensión del universo en los próximos años.
Imagen: esa