El ejército de EEUU ha apostado por la propulsión nuclear para sus submarinos y portaaviones, pero cuando toca enviar al desguace unidades como el USS Nautilus surge una pregunta compleja: ¿Qué hacer con sus reactores? La respuesta en EEUU es Trinchera 94, un cementerio nuclear donde terminan los reactores jubilados por la Marina. En un almacén con más de 130 contenedores de hormigón se encuentran los restos radiactivos de los submarinos y portaaviones. Cada uno de ellos es un contenedor HIC diseñado para acoger los restos de los reactores durante unos 300 años. A medida que la Armada jubila sus sumergibles nucleares de primera generación, la Trinchera 94 va sumando medio centenar de nuevos barriles. A día de hoy, se estima que en la zona se almacenan los reactores de 123 submarinos y ocho cruceros de guerra de propulsión nuclear sellados en cofres.
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