Estados Unidos sigue teniendo una tasa más alta de mujeres que mueren durante el embarazo, el parto o el posparto en comparación con todas las demás naciones de altos ingresos. En 2022, se registraron unas 22 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos en EE.UU., más del doble de la mayoría de los países de ingresos altos. La tasa de mortalidad materna entre las mujeres negras en Estados Unidos es aún mayor, con casi 50 muertes por cada 100.000 nacidos vivos.
El informe del Commonwealth Fund destaca que la escasez de personal de atención materna en EE.UU. es un problema significativo. En contraste, países como Noruega, que tienen cobertura sanitaria universal, registraron cero muertes maternas. En EE.UU., el acceso a las parteras es limitado, y casi 8 millones de mujeres en edad reproductiva carecen de seguro médico.
Las disparidades raciales en las tasas de mortalidad materna persisten, afectando desproporcionadamente a las mujeres negras e hispanas. La falta de un sistema sanitario universal y de políticas de baja remunerada obligatoria para las madres después del parto son factores que contribuyen a esta crisis. El informe sugiere que la ampliación de la cobertura del seguro médico y el refuerzo del personal de atención materna podrían mejorar significativamente la situación.
Imagen: CNN