Según un estudio del Banco de España, seis de cada diez españoles usan efectivo a diario. Sin embargo, España cuenta con un límite de 1.000 euros para transacciones comerciales, convirtiéndolo en uno de los países más estrictos en Europa. Otros países europeos tienen límites más altos, como Polonia con 15.000 euros. La falta de regulación europea genera confusión y burocracia. La plataforma de defensa del efectivo propone establecer un límite en torno a los 10.000 euros. Hacienda argumenta que el efectivo se utiliza para actividades ilegales, pero el fraude se produce principalmente en medios digitales. Se solicita una homogeneidad europea en la regulación del efectivo.
Imagen | GUILLERMO NAVARRO