Según el Balance Energético de España 2021-2022, el consumo de petróleo y gas en España ha aumentado hasta alcanzar el 70%, la cifra más alta desde 2010. Este aumento se debe al mayor uso de productos petrolíferos debido a la crisis de la COVID, la invasión de Ucrania y el aumento de los precios del gas. Aunque las renovables han crecido, todavía existe una dependencia significativa de los combustibles fósiles. La electrificación en el transporte y la calefacción, impulsada por energías renovables, es clave para reducir esta dependencia. En 2022, el consumo de productos petrolíferos aumentó un 7,1%, representando el 45,5% de la energía primaria consumida. Si se suma el gas y el carbón, los combustibles fósiles representan el 72,5% de la demanda nacional de energía primaria. A nivel mundial, los combustibles fósiles representaron el 82% del consumo de energía primaria en 2021. A corto plazo, se espera que esta dependencia continúe aumentando. El objetivo del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima es reducir la dependencia energética de España al 51% en 2030, aumentando la producción de energías renovables y reduciendo el consumo de combustibles fósiles.
Imagen | elDiario.es