España se prepara para una cosecha de cereales excepcional en 2024, con una producción estimada de 16 millones de toneladas de trigo y cebada, según datos de Asegrain. Esta cifra representa un aumento significativo en comparación con los 7,7 millones de toneladas obtenidos en 2023. El trigo blando alcanzará los 6,7 millones de toneladas, mientras que el trigo duro y la cebada se situarán en torno a 1 millón y 8,3 millones de toneladas, respectivamente.
Sin embargo, a pesar de estas buenas noticias a nivel nacional, el mercado global de cereales enfrenta serios desafíos. La situación climatológica en Rusia, el mayor productor de trigo del mundo, es alarmante. Los informes climáticos indican una posible «catástrofe» que podría reducir significativamente la producción rusa. El Consejo Internacional de Cereales estima una producción global de 2.312 millones de toneladas, una disminución de 10 millones respecto a las previsiones de abril, debido a problemas con el maíz en Argentina y África.
Esta reducción en la oferta global, combinada con una demanda proyectada de 2.320 millones de toneladas, podría disparar los precios internacionales de los cereales. Aunque España experimentará una cosecha récord, la insuficiente producción nacional no podrá compensar el impacto de la crisis rusa en los precios globales. Los precios de los cereales en mercados internacionales como Chicago y París ya son un 13% más altos que en 2023, y se espera que esta tendencia continúe.
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