La historia de William Walker, el «último gran filibustero», es un relato de ambición y poder en el siglo XIX. Nacido en Tennessee en 1824, abandonó su carrera en medicina, periodismo y derecho para convertirse en un mercenario independiente que conquistó territorios en México y Nicaragua.
La Doctrina del Destino Manifiesto, que justificaba la expansión territorial de Estados Unidos, proporcionó el contexto para las invasiones privadas de países. Walker reclutó a 32 mercenarios y conquistó ciudades en México, autoproclamándose presidente de la República de Sonora. Sin embargo, su presidencia fue breve debido a la resistencia mexicana.
Después de su fracaso en México, Walker se alió con el Partido Demócrata de Nicaragua y se convirtió en presidente tras ganar una batalla en Granada. Implementó políticas coloniales, como la esclavitud y el fomento de la inmigración estadounidense. Sin embargo, su gobierno fue derrocado y Walker fue apresado y sentenciado a muerte en Honduras.
La historia de William Walker es un ejemplo de cómo los millonarios del siglo XIX buscaban conquistar territorios extranjeros de forma independiente, utilizando su propio ejército privado. Su ambición y poder tuvieron un impacto en la formación de la identidad latinoamericana y en la lucha por el control de rutas comerciales estratégicas.
Imagen: Wikimedia Commons (Mathew Benjamin Brady, Nicaragua-CIA_WFB_Map.p), Pexels (aboodi vesakaran)