Estados Unidos ha activado aranceles del 100% a los coches chinos, buscando frenar su entrada en el país. La Unión Europea está considerando medidas similares, lo que ha generado divisiones entre los fabricantes europeos. Elon Musk ha criticado abiertamente estos aranceles, argumentando que inhiben la libertad de intercambio y distorsionan el mercado.
Hace dos semanas, Joe Biden confirmó estos aranceles, replicando una promesa de Donald Trump. La medida busca frenar la expansión de las marcas chinas en Estados Unidos. En Europa, la posible imposición de aranceles ha generado un debate entre los fabricantes, con los franceses a favor y los alemanes en contra debido a su dependencia del mercado chino.
El mercado chino es crucial para muchos fabricantes europeos, especialmente alemanes como Volkswagen, BMW y Mercedes. La imposición de aranceles podría afectar negativamente a estos fabricantes, que dependen de China tanto para la producción como para las ventas. Ferdinand Dudenhoeffer, del Centro de Investigación Automotriz de Alemania, advierte que medidas proteccionistas podrían ser un error estratégico.
Elon Musk, durante la feria VivaTech en París, criticó los aranceles de Biden, argumentando que Tesla compite bien en China sin necesidad de aranceles. Sin embargo, Musk ha cambiado su postura respecto a los coches chinos, reconociendo su competencia directa con Tesla. Las recientes declaraciones de Musk parecen ser un intento de mejorar las relaciones con el Gobierno chino, crucial para el éxito de Tesla en el mercado asiático.
La dependencia de Tesla de China es evidente, con Giga Shanghái siendo su planta más rentable y la reciente aceptación del Autopilot en el país. La compañía también ha comenzado a exportar vehículos de China a Norteamérica, aunque los nuevos aranceles podrían complicar esta estrategia.
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