En el noreste de Puerto Rico, El Yunque, un bosque tropical lluvioso, se ha convertido en un laboratorio natural para estudiar los efectos del cambio climático. Este ecosistema vital, bautizado por los taínos como Yuké, es esencial para la supervivencia del planeta debido a su capacidad para producir oxígeno, absorber carbono y generar agua.
El Instituto Internacional de Dasonomía Tropical, ubicado en El Yunque, lleva décadas realizando investigaciones cruciales. Grizelle González, directora del instituto, destaca la importancia de estos estudios para entender cómo eventos como sequías y huracanes afectan a los ecosistemas.
El huracán María en 2017 devastó la vegetación del bosque, y la recuperación aún está en proceso. María Uriarte, profesora de la Universidad de Columbia, investiga cómo la interacción entre huracanes y sequías, exacerbadas por el cambio climático, afecta a los árboles y la composición del bosque.
Otro experimento, liderado por Tana Wood, ecóloga del instituto, calienta el bosque para simular un mundo más cálido. Este estudio busca entender cómo el aumento de temperatura afecta la capacidad del bosque para crecer y absorber dióxido de carbono. Los resultados preliminares muestran un incremento en especies de rápido crecimiento, más vulnerables a la sequía.
El Yunque ofrece una ventana al futuro de los bosques tropicales bajo el cambio climático. Con más herramientas y tecnología, la ciencia puede encontrar maneras de proteger estos ecosistemas vitales.
Imagen: CNN
