En los últimos años, hemos descubierto miles de exoplanetas, y uno de los más interesantes es K2-18b. Este planeta, clasificado como una «supertierra», se encuentra en la zona habitable de su sistema estelar, lo que significa que podría albergar agua líquida y, potencialmente, vida.
El telescopio espacial James Webb (JWST) ha estado observando el sistema estelar que alberga a K2-18b en busca de signos de vida. En septiembre del año pasado, la NASA anunció el descubrimiento de dimetilsulfuro en el exoplaneta, un compuesto químico que podría ser un biomarcador de vida.
K2-18b tiene un radio 2,37 veces mayor que el de la Tierra y una masa 8,92 veces mayor. Orbita a su estrella cada 32,9 días terrestres y se encuentra a una distancia de 124 años luz de nosotros. La estrella a la que orbita es una estrella Tipo M, que es más tenue que nuestro Sol pero muy común en nuestra galaxia.
En 2019, se descubrió vapor de agua y la posibilidad de un océano en la superficie de K2-18b. Sin embargo, un estudio reciente plantea la hipótesis de que en realidad podría ser magma lo que domina la superficie del planeta, lo cual sería menos compatible con la existencia de vida.
El JWST jugará un papel crucial en la confirmación o refutación de estos hallazgos, así como en la búsqueda de otros posibles indicios de vida en K2-18b. Sin embargo, es importante recordar que la presencia de un biomarcador no garantiza la existencia de vida y que las observaciones pueden resultar erróneas.
En resumen, K2-18b es un exoplaneta fascinante que se encuentra en la zona habitable de su sistema estelar. El JWST está investigando la posibilidad de vida en este planeta, pero aún debemos ser cautelosos y esperar a los resultados antes de sacar conclusiones definitivas.
Imagen: NASA, CSA, ESA, J. Olmsted (STScI), Science: N. Madhusudhan (Cambridge University)
