El sector inmobiliario de China enfrenta una profunda corrección, marcada por una significativa caída en ventas y construcción. A pesar de los esfuerzos de Pekín, aumentando la inversión y presionando por la finalización de proyectos, la demanda estructural debilitada augura un futuro complicado. Los estrategas advierten que la actividad actual de construcción es insosteniblemente alta. Mientras tanto, la inversión en infraestructuras ha ofrecido un soporte temporal, pero no aborda los problemas subyacentes, como el declive demográfico y la urbanización estancada, que presagian una menor demanda a largo plazo. Este complejo escenario sugiere que el impacto completo de la crisis aún no se ha manifestado, con implicaciones profundas pa ra la economía china.
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