Después de doce años rodando en Marte, el rover Curiosity, el más antiguo en activo de los vehículos enviados al planeta rojo, presenta algunos achaques. Este vehículo de la NASA, que pesa casi una tonelada y mide tres metros de longitud, aterrizó en el cráter Gale en agosto de 2012. Su misión principal es determinar si Marte albergó vida en algún momento de su pasado.
Desde su llegada, el Curiosity ha recorrido aproximadamente 32 kilómetros sobre un terreno rocoso que ha desgastado profundamente sus seis enormes ruedas. Recientemente, una fotografía tomada por el Mars Hand Lens Imager (MAHLI) mostró daños significativos en uno de los neumáticos, generando preocupación entre los seguidores de la misión en redes sociales.
A pesar de los daños, el rover parece incombustible. En su cuenta de X, el Curiosity aseguró que los daños no impiden su avance y que las imágenes ayudan al equipo a controlar el desgaste. Si fuera necesario, incluso podría quitarse parte de los neumáticos y seguir rodando.
Ashley Stroupe, ingeniero de operaciones de misión en el Laboratorio de Propulsión a Reacción (JPL) de la NASA, comentó que la revisión periódica de las ruedas es parte de su rutina. A pesar de los abusos sufridos en Marte, la rueda derecha central se mantiene en buen estado.
Los daños en las ruedas no son nuevos para el Curiosity, que ha enfrentado agujeros y abolladuras desde el inicio de su misión. Las ruedas pasaron pruebas de longevidad en la Tierra, pero el desgaste ha sido más rápido de lo previsto. En 2013, se reprogramó la ruta del rover para evitar terrenos rocosos, pero el desgaste continuó.
A pesar de los desafíos, el Curiosity ha demostrado ser uno de los ingenios más resistentes enviados a Marte. Los pinchazos en las ruedas son resultado de la fatiga al recorrer superficies de roca dura, algo que el equipo ya anticipaba. Sin embargo, el rover sigue avanzando y cumpliendo su misión.
Imagen: NASA/JPL-Caltech/MSSS