El mundo laboral está experimentando un cambio significativo, donde se ha llegado a la conclusión de que jornadas más largas no implican mayor productividad. En este contexto, muchos países, como España y México, están explorando la posibilidad de implementar una semana laboral de cuatro días. Sin embargo, en Corea del Sur, se está observando una tendencia opuesta, donde algunos directivos de grandes empresas están optando por trabajar seis días a la semana.
Recientemente, Samsung ha enfrentado una caída en sus ventas, lo que ha llevado a sus directivos a aumentar su jornada laboral. Lim Hyung-kyu, un exejecutivo de Samsung, recuerda que en el pasado era común trabajar seis o siete días a la semana. Esta cultura laboral se ha arraigado en Corea del Sur desde la posguerra, donde el crecimiento industrial requería un compromiso significativo por parte de los trabajadores.
A pesar de que las leyes actuales limitan la jornada laboral a 52 horas semanales, algunas empresas están presionando a sus ejecutivos para que trabajen más horas, incluso los fines de semana. Esta presión podría extenderse a empleados de menor rango, lo que plantea preocupaciones sobre el futuro del modelo laboral en el país.
Además, Corea del Sur enfrenta desafíos como una baja productividad y un envejecimiento de la población, lo que complica aún más la situación. Con un índice de natalidad de solo 0,7 hijos por mujer en 2023, la idea de alargar las jornadas laborales no parece ser la solución adecuada para incentivar la natalidad y abordar la crisis demográfica.
En resumen, mientras que otros países buscan reducir la jornada laboral, Corea del Sur parece estar retrocediendo en su cultura laboral, lo que podría tener consecuencias negativas a largo plazo.
