El partido del Real Madrid contra el Alavés fue un encuentro lleno de emociones, que terminó con un ajustado 3-2. A pesar de dominar el juego hasta el minuto 80, el equipo blanco sufrió en los minutos finales, lo que dejó un aviso serio sobre la importancia de no relajarse. El Madrid logró mantener su racha de partidos invictos en la Liga, alcanzando los 39 encuentros, pero el final del partido empañó la victoria.
El Alavés, que mostró una notable reacción, sembró el pánico en el Bernabéu. El Real Madrid, liderado por Mbappé, Bellingham, Vinícius y Rodrygo, mostró un juego fluido y equilibrado. Lucas Vázquez abrió el marcador a los 55 segundos, seguido por goles de Mbappé y Rodrygo. Sin embargo, la relajación del Madrid permitió que el Alavés se acercara en el marcador.
El encuentro estuvo marcado por la tensión entre los jugadores y el árbitro, Alejandro Múñiz Ruiz, quien mostró varias tarjetas amarillas. A pesar de un inicio prometedor, el Alavés se replegó y buscó contragolpes, pero el sistema defensivo del Madrid fue sólido. La conexión entre Mbappé y Bellingham fue clave, destacando un gol anulado al francés por fuera de juego.
En la segunda parte, Rodrygo amplió la ventaja, pero el Madrid, tras realizar cambios, se relajó. El Alavés aprovechó esta falta de tensión para marcar dos goles en los minutos finales, lo que generó un clima de nerviosismo en el estadio. El partido concluyó con una discusión entre los entrenadores, reflejando la intensidad del encuentro.
Imagen: EFE