El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha absuelto al príncipe de Marbella, Antonio Pleguezuelos, de un delito de falsedad documental. La sentencia, notificada el viernes, señala que el verdadero responsable de la falsificación fue el notario que firmó el acta correspondiente.
Pleguezuelos había acudido a la notaría el 16 de diciembre de 2016 para formalizar un acta de notoriedad que afirmaba que ostentaba el título de «príncipe de Marbella». Sin embargo, el tribunal determinó que esta afirmación vulneraba gravemente el artículo 209 del Reglamento Notarial, ya que la atribución de títulos nobiliarios es competencia exclusiva de la Monarquía.
El notario, al aceptar la proposición de Pleguezuelos, no verificó la existencia de la carta de concesión del título, lo que llevó a la creación de un título nobiliario inexistente. A pesar de su condición de notario, actuó de manera imprudente, extendiendo el acta de notoriedad y publicándola en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
La sentencia del TSJA mantiene la multa y la suspensión de empleo de ocho meses para el notario, quien actuó sin la debida diligencia. El tribunal subraya que el notario no podía afirmar la notoriedad del título, ya que no había sido acreditado. En contraste, Pleguezuelos había sido condenado en primera instancia como cooperador necesario, pero esta condena ha sido revocada.
Este caso pone de relieve la importancia de la verificación en la atribución de títulos nobiliarios y las consecuencias legales de actuar sin la debida diligencia en el ejercicio de funciones notariales.
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