Antes del Palm Treo 650, del BlackBerry 5810, e incluso mucho antes del iPhone, IBM presentó lo que hoy conocemos como el primer teléfono inteligente del mundo. El aparato era conocido como Simon Personal Communicator y permitía hacer una variedad de tareas que en la actualidad no sorprenderían en lo más mínimo, pero que en ese momento significaban un enorme avance tecnológico. Simon era un teléfono, una máquina de fax, un buscapersonas, un dispositivo de correo electrónico y mucho más. Su característica más distinguible, quizás, era que con una pantalla táctil que funcionaba con un lápiz óptico. Esto llegó al mercado en un único dispositivo en un remoto 1994. Han pasado casi treinta años desde aquel entonces y, ciertamente, el mundo ha cambiado sustancialmente. Los teléfonos inteligentes son parte de nuestras vidas y, podríamos decir, se han convertido en herramientas casi indispensables de nuestro día a día. Pero esto no siempre ha sido así y cuando Simon llegó al mercado nadie salió desesperadamente a comprarlo y solo vendió 50.000 unidades. De hecho, tuvo un recorrido comercial muy breve. Fue lanzado de la mano del operador en 1994 y se vendió hasta febrero de 1995. Su disponibilidad estaba limitada a Estados Unidos y se vendía únicamente a través del operador BellSouth a un precio de 899 dólares con un contrato de dos años o 1099 sin contrato. Una de las limitaciones era la cobertura móvil, restringida a 15 de los 50 estados del país. IBM Simon contaba con una batería de níquel-cadmio que le otorgaba una autonomía máxima de 60 minutos, así que llegaba acompañado en la caja de una estación de carga para conectarlo a menudo. Además, era bastante grande y pesado en comparación con los teléfonos actuales. A pesar de sus limitaciones, Simon marcó el inicio de una nueva era en la tecnología móvil y sentó las bases para los teléfonos inteligentes que conocemos hoy en día.
Tu página de noticias resumidas
