El precio del aceite de oliva se ha más que duplicado desde 2018, impulsado por la inflación y una merma en la producción debido a condiciones climáticas extremas como el calor y las sequías. Este incremento ha llevado a un aumento en las «notificaciones transfronterizas de la UE» relacionadas con etiquetado incorrecto, posibles fraudes y aceites contaminados. En el primer trimestre de 2018, se registraron 15 casos, cifra que aumentó a 50 en los primeros tres meses de este año, según datos obtenidos por The Guardian.
En España, el aceite de oliva se ha convertido en uno de los productos más robados en supermercados en 2024. La escasa producción y el alto precio han llevado a algunas marcas a mezclar aceite de oliva con aceite de girasol, una práctica ilegal en el país. A finales de 2023, la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica de la Junta de Andalucía alertó sobre la comercialización de aceites etiquetados incorrectamente como «Aceite de Oliva Virgen Extra» o «Aceite de Oliva Suave».
El calentamiento global ha provocado una caída en los niveles de producción de aceite de oliva en los últimos años. Las campañas de producción de 2022/2023 y 2023/2024 han sido las más convulsas del siglo XXI, con niveles de producción históricamente bajos. Las cifras provisionales del Consejo Oleícola Internacional estiman una producción mundial de 2,4 millones de toneladas en 2023-24, un 27% menos que en 2018-19.
Los informes de incidentes de la UE incluyen aceites contaminados con sustancias no autorizadas y casos de adulteración. De las 182 notificaciones de fraude desde principios de 2023, 54 se referían a productos de Italia, 41 de España y 39 de Grecia. La UE introdujo nuevas normas en julio de 2022 para mejorar los controles de conformidad, aunque según un portavoz de la Comisión Europea, esto no conlleva un riesgo mayor para los consumidores.
Imagen: Business Insider