El número de casos de sarampión en todo el mundo ha experimentado un aumento significativo en los últimos años, lo que representa un desafío para los esfuerzos de eliminación de la enfermedad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se registraron 171.153 casos en 2022, cifra que casi se duplicó en 2023, con 321.582 casos preliminares reportados. En lo que va de 2024, ya se han registrado más de 94.000 casos, aunque se espera que la cifra sea aún mayor.
La región europea de la OMS ha sido la más afectada, con Azerbaiyán, Kirguistán y Yemen presentando una mayor incidencia de casos. Incluso en Estados Unidos, donde el sarampión se declaró eliminado en 2000, se han reportado 128 casos en lo que va de año, la cifra más alta desde 2019.
El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa que se transmite por el aire y puede tener graves consecuencias para la salud, especialmente en niños pequeños y no vacunados. Los síntomas incluyen fiebre, tos, secreción nasal, ojos llorosos y una erupción de manchas rojas.
La vacunación contra el sarampión ha sido fundamental para prevenir millones de muertes en todo el mundo. Según la OMS, se estima que entre 2000 y 2022 se evitaron alrededor de 57 millones de muertes gracias a la vacunación. En Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan que los niños reciban dos dosis de la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola.
El aumento de los casos de sarampión es especialmente preocupante en países vulnerables y afectados por conflictos. Para mantener los avances logrados en la eliminación de la enfermedad, es necesario garantizar una alta cobertura de vacunación y una respuesta rápida a los brotes.
Imagen: CNN
