El USS John F. Kennedy, el segundo portaviones de clase Ford con propulsión nuclear de la Armada de los Estados Unidos, está en pruebas. Para asegurar que los aviones pueden despegar correctamente, se están realizando pruebas con una catapulta electromagnética lanzando coches al río. Estos coches modificados alcanzan un peso similar al de un avión real y son lanzados a 240 km/h. Las pruebas también simulan diferentes escenarios, cargando los vehículos con más o menos peso para probar la catapulta de cara a lanzar aviones con más o menos armamento. Aunque los aviones reales no se utilizan en las pruebas debido a su alto coste, los coches son recogidos y reutilizados. Esta práctica permite comprobar el funcionamiento del sistema electromagnético y garantizar que los aviones puedan despegar en situaciones de conflicto.
Imagen: Xataka