Berlín, una de las mejores ciudades para circular en bici, podría perder su reputación debido a las políticas del nuevo alcalde conservador. Desde su llegada al poder, se han suspendido proyectos de infraestructuras para bicicletas y se ha dejado en suspenso un plan para ampliar la red ciclista. Además, se ha permitido la circulación de coches en una emblemática calle peatonalizada. Esta tendencia de eliminar carriles bici también se está dando en otras ciudades europeas, como Valencia o Logroño. Parece que la existencia de los carriles bici y los coches se está convirtiendo en una batalla ideológica.