El Mar Menor, una albufera mediterránea con personalidad jurídica propia, es un caso excepcional en Europa y a nivel mundial. En septiembre de 2022, se publicó en el BOE la ley que reconoce a la laguna y su cuenca como «sujetos de derechos». Este logro fue posible gracias a una iniciativa legislativa popular respaldada por más de 600.000 firmas.
El reconocimiento legal del Mar Menor como un ecosistema con derechos propios es un hito histórico. Greenpeace lo comparó con el estatus de las personas y las empresas. Además, la abogada y profesora Teresa Vicente, quien lideró la campaña para salvar el ecosistema, recibió el Premio Medioambiental Goldman, considerado el «Nobel del ecologismo».
El Mar Menor ha sufrido graves problemas medioambientales en los últimos años, como la muerte de praderas de algas y fauna marina, y la aparición de la «sopa verde» debido al exceso de nutrientes procedentes de la agricultura intensiva. La nueva ley reconoce el derecho del ecosistema a la protección, la conservación y a evolucionar naturalmente.
La ley también establece la representación del Mar Menor en tres comités, con la participación de científicos y ciudadanos. Cualquier persona física o jurídica está legitimada para defender el ecosistema y hacer valer los derechos y prohibiciones establecidos en la ley. Sin embargo, a pesar de este reconocimiento legal, el futuro del Mar Menor sigue siendo incierto.
Recientemente, se han dado indicios de «extinción» de la nacra, un molusco bivalvo endémico del Mediterráneo, y se ha alertado sobre el estado permanente de precolapso del ecosistema. Además, ha habido intentos de reformar la Ley de Protección y Recuperación del Mar Menor. El PP, que lidera el Gobierno regional, se ha mostrado abierto a su modificación.
A pesar de los desafíos que enfrenta, el reconocimiento legal del Mar Menor como un sujeto de derechos es un paso importante hacia su protección y conservación. Esperemos que este logro impulse medidas efectivas para garantizar la supervivencia de este valioso ecosistema.
