El incremento del salario mínimo interprofesional (SMI) en España tendrá un impacto significativo en el tejido productivo del país. Se estima que este aumento de la base mínima de cotización afectará a alrededor de 2,5 millones de trabajadores y supondrá un coste adicional de cerca de 3.000 millones de euros para las empresas. Además, se espera que la Seguridad Social ingrese hasta 8.000 millones de euros adicionales en el año debido a otros incrementos de cuotas previstos por el Gobierno. La mayoría de los beneficiarios de esta subida del SMI son mujeres y jóvenes, que son los grupos más afectados por el empleo precario en términos de remuneración. Los sectores más afectados por el aumento de los costes laborales son aquellos que tradicionalmente han tenido salarios más bajos, como la hostelería, la agricultura, el comercio y las empleadas del hogar. Un sondeo revela que estos sectores también se verán presionados para actualizar los salarios inmediatamente por encima del salario mínimo. Según datos del INE, siete de las 20 ramas de actividad con empleados en los deciles salariales más bajos tienen más de un tercio de su fuerza laboral afectada por el salario mínimo. Los sectores más expuestos son la agricultura, las actividades administrativas, las actividades inmobiliarias, la hostelería, las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento, y los servicios domésticos. Aunque el comercio es el sector con el mayor número absoluto de trabajadores afectados por el SMI, su peso en la fuerza laboral total no supera el 30%. Un informe de expertos concluye que el aumento del SMI en 2019 mitigó las desigualdades salariales pero también provocó la destrucción de empleo. Según la patronal Cepyme, las subidas del SMI han destruido 163.000 empleos en cinco años.
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