Con la vivienda convertida en una incómoda patata caliente, el Gobierno ha decidido mover ficha en uno de los puntos más problemáticos del mercado del arrendamiento: los alquileres de corta estancia. Esta etiqueta agrupa tanto los pisos que se arrendan a turistas como los que se ofrecen por habitaciones o en temporada. El objetivo del Ejecutivo es perseguir el fraude en esas modalidades.
Para ello, se apoyará en tres grandes patas: una ventanilla única, un sistema de códigos que identificará a cada propiedad alquilada y, sobre todo, las plataformas que les dan visibilidad, como Booking, Airbnb, Fotocasa o Idealista. El Gobierno quiere que los alquileres de corta estancia dejen de servir de lucrativos atajos para esquivar la ley.
La ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, ha declarado que es necesario combatir los pisos turísticos ilegales y priorizar los arrendamientos para vivienda habitual. El Gobierno ha puesto en marcha un Real Decreto que entrará en vigor en enero de 2025, creando una Ventanilla Única Digital de Arrendamientos.
Este sistema regulará la recogida e intercambio de datos de los alquileres de corta duración, creando un registro que no se destina a vivienda habitual. Cada alquiler de corta duración necesitará un número de identificación que deberá renovarse periódicamente. Los propietarios estarán obligados a obtener este número y a entregar la información necesaria para su tramitación.
Las plataformas online también jugarán un papel crucial, ya que deberán comunicar el número de registro asignado a cada vivienda y asegurarse de que estos códigos sean visibles en los anuncios. En caso de que se retire o suspenda el número de registro, las plataformas deberán eliminar los anuncios asociados.
El objetivo es que las viviendas que se ofrecen en el mercado del alquiler de corta estancia cumplan los requisitos necesarios. Se espera que esta regulación permita una mayor oferta de arrendamientos de larga duración, al sacar del mercado viviendas actualmente ofertadas de manera irregular.