El Gobierno de Pedro Sánchez enfrenta una carrera contrarreloj para encontrar un inversor que evite la compra de Talgo por el grupo húngaro Magyar Vagon. La falta de un ‘caballero blanco’ que lance una contraoferta ha generado nerviosismo en el Ejecutivo, que ha intentado sin éxito atraer a socios industriales como Criteria Caixa.
El conglomerado industrial de Criteria Caixa, liderado por Isidro Fainé, ha decidido no participar en la operación, ya que no encaja en su política de diversificación. El plan estratégico de Criteria se centra en inversiones a largo plazo que generen dividendos para la obra social de La Fundación.
El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha explorado opciones en Europa, incluyendo empresas como Stadler, Alstom y Škoda Transportation Group, pero no ha logrado concretar ningún acuerdo. Mientras tanto, el consorcio húngaro Ganz-Mavag Europe Zrt, que incluye al Estado húngaro, sigue esperando una respuesta del Gobierno español.
El tiempo se agota, ya que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) debe emitir un informe sobre la idoneidad de la operación antes de julio. El Gobierno podría activar la ley anti-opas aprobada durante la pandemia para bloquear la adquisición.
En Talgo, la incertidumbre persiste, aunque la empresa sigue recibiendo pedidos y espera duplicar sus proyectos para 2026. La falta de inversión está afectando su capacidad para cumplir con los plazos de entrega, lo que ha resultado en multas significativas.
El Gobierno sigue buscando desesperadamente empresas españolas que puedan salvar a Talgo. Sin embargo, las opciones son limitadas debido a la gran cantidad de dinero necesaria para la operación y la deuda de la compañía.
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