El coche eléctrico parecía ser la tecnología del futuro, impulsada por las políticas de la Unión Europea y los anuncios de los fabricantes occidentales. Sin embargo, algunas de las compañías más importantes están reconsiderando sus planes. Volkswagen y Mercedes, que habían fijado fechas para dejar de producir coches de combustión, están dando marcha atrás. La demanda de coches eléctricos se ha relajado, especialmente entre las rentas más altas, y los híbridos enchufables están ganando popularidad como tecnología de transición.
Volkswagen, que planeaba producir solo coches eléctricos en Europa a partir de 2033, y Mercedes, que tenía una fecha límite para 2030, están reevaluando sus estrategias. La firma estadounidense Cadillac también ha reconsiderado su enfoque exclusivo en coches eléctricos. La saturación del mercado de coches eléctricos de lujo y los altos costos de producción están afectando a fabricantes como Rimac y Ford.
El CEO de Volkswagen, Thomas Schäfer, ha señalado que los híbridos enchufables son una tecnología de transición necesaria. Renault y Toyota también están adoptando estrategias similares, apostando por los híbridos enchufables y los motores de combustión en ciertos segmentos. Mercedes, por su parte, está viendo que los coches de lujo con motores de combustión siguen siendo populares, especialmente con la aceptación de combustibles fósiles neutros en carbono por parte de la Unión Europea.
En resumen, el coche eléctrico enfrenta desafíos significativos en términos de demanda y costos. Los híbridos enchufables y los motores de combustión están resurgiendo como opciones viables, especialmente en el mercado de lujo. La industria automotriz está en un punto de inflexión, y el futuro del coche eléctrico es más incierto de lo que parecía.
Imagen: Mercedes