El prestigioso enólogo Juan Carlos Sancha ha afirmado que es necesario arrancar viñas para dignificar los precios de la uva y el vino en Rioja. Esta declaración surge en un contexto donde las organizaciones agrarias advierten que los precios de la uva podrían quedar por debajo del coste de producción. La consejería riojana de Agricultura ha confirmado esta situación, lo que ha llevado a Sancha a proponer un Plan de Arranques Voluntarios en suelos inadecuados.
La situación no es aislada. Tim Atkin, un reconocido experto en vino, sugiere que se deberían arrancar unas 10.000 hectáreas de viña en La Rioja, siguiendo el modelo de Burdeos. La Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa también ha propuesto arrancar el 10% del viñedo plantado en la última década en zonas sin vocación vitícola. Luigi Moio, presidente de la Organización Internacional del Vino, ha declarado que el arranque de viñas es inevitable.
A pesar de estas propuestas, el ministerio español de Agricultura ha descartado el arranque. Luis Planas, el ministro, ha señalado que cada país tiene sus propias problemáticas y soluciones. En España, se han implementado programas de ayudas para reducir la producción y recortar existencias en bodegas.
Sin embargo, el problema se está convirtiendo en algo endémico. En el pasado, se han defendido arranques de otros cultivos como limoneros, naranjos y almendros para equilibrar el mercado. Los retos son complejos y el sector primario español, aunque ha crecido un 10% desde la crisis financiera, no está haciendo lo suficiente en comparación con otros países.
La situación actual plantea una pregunta crucial: ¿qué potencia agrícola queremos ser? La respuesta a esta pregunta es fundamental para el futuro del vino y la agricultura en España.
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